A cada bocado.

Fotografia: Elina Krima. En la vida existe una inmensa probabilidad de que te encuentres con personas que se llenan la boca de palabras sin siquiera haber probado el plato , y, por el contrario, hay aquellos individuos que se terminan el plato, bocado a bocado, sin pronunciar apenas una palabra, para suerte o disgusto propio, me considero más de los segundos que de los primeros, y esto no es por otra cosa que por el acto de disfrutar y callar, una disciplina en la que me he especializado desde que me di cuenta de que el mundo está lleno de gastro(cretinos); seres pequeños con aires de inmensidad que acostumbran  insultar, ofender, discriminar e incitar el desdén hacia algo que para ellos resulta irrelevante, con frecuencia, estos pequeños seres, suelen  visitar ciertos establecimientos pavoneándose entre paso y paso con una seguridad insegura y una aura nefasta, buscando caprichos más que historias, vomitando tonterías en Twitter en lugar de redactar, investigar y reflexiona...

``Desde que el mundo decidió dar un paso hacia la tecnología y el vanguardismo no ha parado, es una constante aceleración hacia preguntas y respuestas, más de las primeras y mucho menos de las segundas, claro, esto acompañado de cientos de pies sobre minas activas. ``   En gastronomía es cierto que no cambia tanto la cosa, por un lado, el crecimiento exponencial hacia lo nuevo y novedoso es un camino sin meta definida, pero sí, muchos tropiezos, donde los golpes y errores de unos cuantos son la recompensa de cientos de miles de gastrónomos o amantes del buen y bien comer, y esta recompensa viene siempre o casi siempre acompañada de una nueva pregunta ¿Qué sigue?, y casi nunca le procede una respuesta inmediata.   He sido fiel testigo de la tierra que pisamos y los riesgos que se toman de manera arbitraria y consiente, y he visto a tantas personas poner el pie sobre la mina sin miedo a la explosión, con la firme intención de despejar un poco más el camino hacia las resp...